Pensar de mejor manera los espacios destinados a la búsqueda y estudio para el estudiantado, junto con optimizar las labores del personal, es una de las metas que se propuso Bibliotecas UdeC en conjunto con las facultades de Arquitectura, Urbanismo y Geografía (FAUG) y Ciencias Biológicas.

Dichas ideas fueron presentadas a las autoridades este lunes en el Salón Azul de la Biblioteca Central, en el marco del estudio titulado “Estudio de Confort Ambiental de las Bibliotecas de Especialidad», desarrollado por un equipo multidisciplinario de los departamentos de Arquitectura y Ergonomía.

Su trabajo tuvo como principales conclusiones la necesidad de fijar estándares que guíen la implementación de mejoras en los ambientes de estudio, como la luminosidad, la calidad del aire, la regulación del ruido junto con la incorporación de mobiliario adaptable a las necesidades de cada trabajador y trabajadora.

Aplicación de las distintas áreas del conocimiento que es fundamental para el Decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, Dr. Leonel Pérez, quien señaló que es sano incorporar lo desarrollado por diferentes reparticiones en espacios que van en directo beneficio de las y los estudiantes, como las bibliotecas.

“Creo que esa interacción ayuda a que el sistema de diez bibliotecas pueda mejorar en términos de su confort ambiental”, indicó.

En la misma línea se manifestó la Dra. Soraya Gutiérrez, Decana de la Facultad de Ciencias Biológicas, quien valoró la instancia, considerándola como un ejemplo de trabajo en conjunto en la Universidad.

“Poder ver lo que tenemos, mejorar nuestras instalaciones en este caso, y proyectarnos hacia el futuro. Creo que ha sido un excelente proyecto realizado en colaboración con la Facultad de Arquitectura, nuestra Facultad y Bibliotecas y eso nos permite integrar también a nuestros funcionarios en pos de una mejora institucional “, aseveró.

Por su parte, la Directora de Bibliotecas UdeC, Karen Jara, explicó durante la presentación que la falta de estándares se debe principalmente a que gran parte de las dependencias fueron diseñadas en una época donde los requerimientos eran distintos y el número de estudiantes menor al actual, por lo que considera que el siguiente paso debe ser la materialización de las propuestas planteadas.

“El primer paso para mejorar como Bibliotecas es utilizar todo lo que tenemos a disposición en conocimiento. Qué mejor que ambos departamentos que nos han acompañado en este desafío nos entreguen las directrices, las mejoras, un estudio con datos que permitan la toma de decisiones “, argumentó.

Renovar respetando la esencia

La idea de establecer criterios de confort al interior de Bibliotecas UdeC nace en 2019 y su primera misión fue revisar los marcos regulatorios nacionales e internacionales, como el elaborado por el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) con el objetivo de adaptarse a ellos.

No obstante, la llegada de la pandemia provocó que los integrantes del equipo reflexionaran sobre la posibilidad de incorporar los criterios deseados a los recintos de la UdeC, debido en gran parte a su naturaleza patrimonial.

Conclusiones que se vieron reforzadas tras las mediciones, efectuadas mientras la UdeC desarrollaba sus actividades de forma remota, lo que constituyó una oportunidad para analizar detalladamente los inmuebles.

Consultado por ello, el Decano Pérez cree que la preservación de estos espacios y su adecuación a las demandas actuales van de la mano, ya que en estos procesos se debe valorar el contraste entre lo ya construido y los materiales nuevos.

“No lo veo como un conflicto, más bien como una oportunidad para mejorar desde el confort ambiental con los valores patrimoniales “, finalizó.

Al ser recintos donde la lectura ocupa un lugar primordial, uno de los ejes de la medición fue la distribución de la iluminación y su calidad que -de acuerdo a lo establecido por el CRUCH- debe fluctuar entre los 300 a 500 luxes. Aunque para llegar a esa cifra óptima no basta con cambiar el alumbrado ya que se debe considerar la presencia de ventanas y la ubicación de estanterías.

Mientras, la calidad del aire fue otro de los ítems que centraron la atención del equipo, que recomendó un recambio de ventanas, la implementación de sistemas de calefacción limpios, el uso de deshumidificadores junto al recambio de superficies para evitar la presencia de material particulado.

Otro de los temas trascendentales al hablar de bibliotecas es la mantención de los niveles sonoros, que normalmente deben fluctuar entre los 30 y 50 dB. Parámetros que fueron efectuados por medio de un sonómetro, el que fue ubicado a 1,20 metros –altura aproximada del oído humano- y registró una serie de datos que luego se expresaron en un gráfico.