Dicha etapa fue una de las más complejas, debido a que los archivos “no estaban catalogados, no había forma de encontrarlos, no había un Excel”, comenta Norka Carreño, conservadora de la Unidad de Patrimonio.

Los resultados de esa evaluación inicial revelaron la magnitud de los daños que presentaba cada documento, lo que determinó las acciones de recuperación que debían realizarse. “A partir de eso se pudo hacer una restauración de los casos más dañados para su correcta conservación”, agrega Carreño.

Trabajo donde también influía el origen del material, lo que planteaba un reto adicional ya que los planos provenían de épocas y fuentes muy distintas entre sí. Aspecto que podía advertirse en la técnica de dibujo y la tipografía utilizada, según comenta la bibliotecóloga Ramos.

“Fue todo un tratamiento nuevo dentro del Archivo Luis David Cruz Ocampo sobre cómo abordar las dimensiones, sus diversas técnicas y que esto pudiera quedar en nuestra página”, relata.

Luego de la revisión inicial, fueron digitalizados a través de un escáner para planos adquirido por la Dirección de Bibliotecas, para así poder comenzar con la labor propiamente bibliotecológica, que incluyó la asignación de un código identificador y la creación de un objeto digital. Este último consiste en la unidad básica de cualquier colección digital, a partir de la cual se agregan múltiples datos que describen al documento almacenado.

Un archivo, múltiples categorías

El proceso terminó con la incorporación de todo el material a la plataforma virtual, donde –junto con ordenarlo de manera cronológica- a cada edificio se le asignó una categoría para, de ese modo, facilitar su búsqueda. “Dentro de nuestro archivo, cada edificio es una serie. Entonces, en estas series va un plano asociado a sus arquitectos y arquitectas”.

“Fue un gran desafío hacer las reseñas para estos edificios y las reseñas biográficas de quienes hicieron estas obras. También hubo un trabajo en conjunto en cuanto a la conservación y poder distinguir distintas técnicas, los originales de las copias, creo que ese es el aporte del trabajo interdisciplinario que se vio en este caso”, finaliza Ramos.

Por su parte, los ejemplares físicos se depositaron en las “planeras”, que consisten en un mueble con múltiples cajoneras. En cada una se deposita un grupo de planos, los que van separados entre sí para asegurar su conservación.

De los cerca de mil 500 planos iniciales, se recopilaron aproximadamente 800, pertenecientes a 11 edificios del área patrimonial. A partir de ahora, estos podrán ser consultados por toda la comunidad de manera digital, en línea con el concepto de Acceso Abierto que busca promover Bibliotecas UdeC.

Tras la ceremonia, se invitará a los presentes a visitar una exposición con algunos de los ejemplares compilados y que pertenecen a estructuras emblemáticas tanto de la Universidad como de la ciudad.

Por Maximiliano Ortiz / Periodista InES Ciencia Abierta-Bibliotecas UdeC.